¿Qué rol ejerce el profesor en un curso elearning?

Los docentes deben adaptarse al nuevo rol de profesor de elearning

La irrupción de la tecnología es un hecho cotidiano y aceptado por todos. Sin embargo, no todos los perfiles profesionales se adaptan de la misma forma y en el mismo tiempo.  Para el docente se hace patentes la necesidad de cambio y la adaptación a su nuevo papel y a sus principales características. Aunque sus funciones parecen no variar, el elearning provoca cambios profundos en la manera de desarrollarlas. De este modo también emerge la necesidad de trabajar sus cualidades.

 

El estudiante de contenidos elearning necesita de la guía del profesor. En este sentido, las herramientas sincrónicas o asincrónicas requieren de un protocolo de actuación que constate y reitere esa percepción de presencia que el alumno traduce como cercanía, evitando así el sentimiento de aislamiento. Además, para el alumno, el e-learning se ve entonces como una opción válida para construir su conocimiento. Nuestro alumno de elearning puede ser un estudiante de ciclos formativos, grados o postgrados universitarios o un trabajador, en activo o no, que actualiza sus conocimientos profesionales.

 

Las instituciones docentes y los agentes implicados no han estado al margen de esta evolución combinada de la enseñanza y la tecnología y se han dado básicamente dos figuras principales: la del tutor y la del profesor. La figura del tutor se define como la persona que está más próxima al alumno y centrada en una función más enfocada a la guía. Por otra parte, el profesor es el encargado de impartir la materia docente y orientar en los contenidos, manteniendo normalmente una posición privilegiada de la información frente al alumno.

 

Sobre este hecho cabe plantearse varias cuestiones. En primer lugar, no todas las organizaciones que emplean e-learning tienen a los dos agentes. Muchas de ellas tan solo operan con el profesor. Segundo, la comunicación e implicación del tutor y profesor no es la que resuelve la problemática del alumno, que normalmente surge con la materia recibida y, por lo tanto, con el profesor. Es decir, el alumno puede entender que quien le forma es el profesor y que el papel del tutor queda relegado a una mera figura de la institución sin beneficio e implicación en su aprendizaje, ya que el tutor no está implicado en la percepción que tiene el alumno respecto a su proceso de aprendizaje.

 

De nuevo, la importancia de las relaciones interpersonales y la comunicación se hacen evidentes frente a un descontento nada despreciable de estudiantes en modalidad elearning en muchos aspectos, tanto en aspectos relacionados con el conocimiento tecnológico por parte del profesor como por el seguimiento, carga lectiva y planificación del trabajo a realizar.

 

La formación debe ser vista como un proceso, donde los diferentes agentes involucrados operan constantemente. En ese proceso es cuando la variable de la inteligencia emocional y la gestión emocional adquieren un papel relevante de futuro. No hemos sido educados desde nuestra infancia en la gestión emocional y, sin embargo, los estudios realizados hasta la fecha por personalidades mundialmente reconocidas (Gadner, Goleman, Cooper Robert y Sawf Ayman), nos demuestran que nuestro cerebro opera desde una vertiente emocional desde su estadio más primitivo. ¿Por qué no aplicar la gestión emocional en las aulas y por qué no aplicarla en los entornos e-learning?

 

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